El ictus es la segunda causa de muerte en España (la primera en mujeres). Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año lo sufren un total de 110.000 – 120.000 personas, de las cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen. Para determinar la esperanza de vida tras un ictus intervienen diferentes factores, pero el más importante pasa por la rápida actuación ante los primeros síntomas, ya que será fundamental para minimizar las secuelas. Además, la pronta rehabilitación también será altamente beneficiosa.
Por ello, en motivo del Día Mundial del Ictus (29 de octubre), Durcal, la primera aplicación española de teleasistencia para seniors, expone algunos consejos clave para una recuperación satisfactoria de esta enfermedad, que afecta mayoritariamente a las personas de más de 65 años.
¿Qué hábitos nos hacen mejorar la esperanza de vida después de sufrir un ictus?
Mantener una vida social activa:
La esperanza de vida después de sufrir un ictus, son muchas las personas que se encuentran con un grado de envejecimiento mayor al habitual. Los cambios físicos y mentales que conlleva la edad pueden verse magnificados por los efectos de esta enfermedad cerebrovascular, y pueden provocar alteraciones en el estado de ánimo, como, por ejemplo, sentimientos de aislamiento, soledad, depresión, apatía o irritabilidad. A pesar de que la vuelta a la vida social es una de las mayores dificultades después de un episodio así, es importante hacer el esfuerzo por seguir una vida social activa, ya que está demostrado que mejora el estado psicológico del paciente y favorece su recuperación.
Seguir una dieta saludable:
Hacer pequeños cambios en los hábitos alimenticios es muy importante para la esperanza de vida después de haber sufrido un ictus o si hay riesgo de padecer algún otro. En este sentido, seguir una dieta saludable y equilibrada a base de frutas, verduras, proteína y alimentos ricos en fibra ayudará a reducir el nivel de colesterol, disminuir la presión arterial y controlar la diabetes. Además, también es preferible priorizar la cocción al vapor y a la plancha, y evitar el uso de la sal. Acudir a un nutricionista puede ser de gran ayuda, debido a que podrá ofrecer consejos sobre alimentación y elaborar un plan que satisfaga las necesidades de cada uno de forma individualizada.
Practicar ejercicio físico:
El deterioro cognitivo como la disminución de la memoria, atención, orientación, la dificultad en la planificación y organización de las tareas o la falta de equilibrio son algunas de las complicaciones y secuelas posteriores a un ictus que pueden afectar negativamente tanto al paciente como a su familia. En muchas ocasiones es posible que no se logre una recuperación completa del paciente, sobre todo en ictus graves. Sin embargo, existen diferentes estudios que demuestran que la actividad física durante los primeros seis meses es una herramienta muy útil de rehabilitación, ya que ayuda al paciente a recuperar la autoestima y mejorar su autonomía.
Asistir a centros de apoyo especializados:
Hoy en día hay muchas organizaciones comunitarias y grupos de apoyo específicos que ofrecen servicios de asesoramiento, acogida, apoyo y orientación a las personas afectadas y sus familiares. Las entidades organizan actividades terapéuticas y actividades sociales destinadas a mejorar la calidad de vida y la integración social de estos pacientes. Además, también tienen por objetivo informar y formar sobre el ictus, especialmente sobre su recuperación.
Tener revisiones periódicas:
La recuperación de un accidente cerebrovascular es muy lenta, por lo que resulta de vital importancia acudir de forma regular a las citas de seguimiento con un neurólogo u otro especialista que pueda identificar cualquier nuevo problema o cambio en el estado actual. Asimismo, en la gran mayoría de los casos estos pacientes continúan con un tratamiento farmacológico anticoagulante que ayude a prevenir la enfermedad responsable del ictus y aumentar la esperanza de vida después de sufrir un ictus. Es de vital importancia tomar la medicación tal y como se ha prescrito e informar inmediatamente a un médico en caso de sufrir cualquier efecto adverso.