Tensión arterial normal: ¿qué es?

Seguro que en alguna visita a la farmacia has visto una pequeña zona apartada con un taburete y un tensiómetro (o esfigmomanómetro) al lado. Se trata de un dispositivo que se encarga de medir la tensión arterial normal gracias a un brazalete que se infla y desinfla, ejerciendo presión. Los resultados hacen referencia tanto a la tensión arterial como a la frecuencia cardíaca. Nos ayudan a observar sus niveles y a solucionar cualquier irregularidad que podamos percibir. Pero, ¿cómo se leen los resultados? ¿Qué se considera tensión arterial normal?

En el artículo de hoy haremos un repaso intensivo sobre la tensión arterial normal y todas las cuestiones que pueden derivar de ella. Se trata de un tema de gran importancia para la salud diaria.

¿Qué es tener la tensión arterial normal?

La tensión o presión arterial es el nivel de fuerza con el que la sangre circula por el interior de las arterias. Ésta es la que hace posible que el oxígeno y los nutrientes lleguen a todas las partes del organismo. Dependiendo de la velocidad con la que corra a través de las arterias ejercerá más o menos presión contra sus paredes; ésa es la característica que se mide. Para ello, se toman como referencia los latidos del corazón: sístole y diástole. Se miden, por tanto, 2 valores de tensión arterial normal para saber si ésta se encuentra en el intervalo correcto:

Tensión sistólica: es la que se genera cuando una persona está activa (conocida como la tensión ‘alta’).

Tensión diastólica: es la que se genera cuando una persona está en reposo (conocida como la tensión ‘baja’).

La presión que provoca la sangre circulando por las venas debe ser la adecuada. Si aumenta por encima de ciertos niveles puede ser muy perjudicial para la salud. Las arterias comenzarían a sufrir un daño mayor del que podrían soportar y acabaría derivando en complicaciones mayores. Lo mismo ocurriría si pasase lo contrario (que no hubiese suficiente presión). Ambos tipos de tensiones (sistólica y diastólica) no pueden pasar de los niveles recomendados según la edad, el sexo y las condiciones de salud individuales.

La tensión se mide en milímetros de mercurio (mmHg) porque los primeros aparatos que se utilizaron para tomar la tensión necesitaban mercurio en su interior para realizar la medición.

Valores de tensión arterial normal según la edad

Como hemos comentado brevemente, la tensión arterial normal varía según las características físicas de cada persona. Debemos tener siempre en cuenta los factores de riesgo vinculados a esas características:

• Genética. Si hay antecedentes de familiares con hipertensión, los descendientes tienen más posibilidades de desarrollarla.
• Sexo. Los hombres en edad adulta temprana tienen más probabilidades de sufrir hipertensión que las mujeres. Sin embargo, a partir de los 55 años, son las mujeres las que tienen más riesgo.
• Edad. Con la edad aumenta el riesgo de hipertensión. A partir de los 60 años, la posibilidad es aún mayor por el debilitamiento de los vasos sanguíneos.

Os dejamos una pequeña tabla con los valores normales de tensión según las edades:

La presión arterial media se establece en 120/80 mmHg, aunque los valores normales oscilan entre los 90/60 mmHg y los 140/90 mmHg. No podemos olvidar que la edad es un factor clave a la hora de considerar un valor de tensión arterial normal, al igual que el sexo y la genética.

Hipertensión

La llamada hipertensión (o presión alta) es una de las enfermedades más comunes en las personas mayores. Más de la mitad de las personas mayores de 65 años la padecen, aunque los adultos también pueden sufrir esta enfermedad. Los valores de la tensión alta están en: 140 mmHg o más para la tensión arterial normal sistólica y 80 mmHg o menos para la tensión arterial diastólica. Es muy importante llevar un control de la tensión, ya que un valor elevado no controlado puede producir enfermedades cardiovasculares. Cuando se detecta a una persona con hipertensión, suele mostrar alguno de estos síntomas:

La hipertensión puede dividirse en 2 tipos: la primaria (la más normal), cuya causa de aparición suele relacionarse con la edad o el estilo de vida, y la secundaria, que se origina por diferentes enfermedades (diabetes, enfermedades renales o problemas cardiovasculares). Sin embargo, hay ocasiones en las que la tensión sube de repente y sin previo aviso. Es uno de los casos más desconcertantes, ya que puede deberse a muchos factores, normalmente asociados con el estilo de vida. Es importante controlar los hábitos diarios para reducir la posibilidad de desarrollar hipertensión. Hay que tener en cuenta tanto factores que no podemos cambiar (genética, edad) como en los que sí podemos influir para minimizar el riesgo:

• Sobrepeso u obesidad. Es una de las causas principales por las que la tensión arterial normal puede subir de repente. 
• Estrés. Demasiado estrés aumenta la producción de cortisol, una hormona relacionada a problemas con los vasos sanguíneos.
• Algunos medicamentos. Algunos de ellos cambian el equilibrio entre el sodio y los líquidos del organismo. Este hecho produce una contracción de los vasos sanguíneos, que deriva en hipertensión.
• Consumo de alcohol, tabaco u otro tipo de estupefacientes. Todas estas sustancias son muy nocivas para la salud general y arterial. Afectan a la eficiencia con la que la sangre circula por los vasos sanguíneos.
• Sedentarismo. Es uno de los problemas más comunes en nuestra sociedad y puede afectar a la tensión.
• Exceso de sodio. Retener sodio (característico de la repleción del potasio) o consumirlo en exceso aumenta la tensión arterial normal.
• Otras enfermedades que pueden producir subidas de presión arterial (lupus, diabetes, glomerulonefritis, apnea del sueño…).

¿Cómo podemos bajar la tensión?

Aunque no podemos luchar contra las características físicas que hemos heredado, sí podemos controlar otros factores para conseguir una tensión arterial normal:

Hipotensión

La tensión baja o hipotensión también puede presentarse en las personas mayores. Como con la tensión alta, la baja también puede generar problemas cardiovasculares y, como ella, la probabilidad de contraerla aumenta dependiendo del estado de salud del paciente. Los valores de la tensión baja están en: 90 mmHg o menos para la tensión arterial sistólica y 60 mmHg o menos para la tensión arterial diastólica

Las posibles causas de una hipotensión son:

• Consumo de alcohol y drogas en exceso.
• Consumo de medicamentos (analgésicos, antidepresivos, ansiolíticos y diuréticos).
• Sufrir un shock hipotensivo (bajada de tensión).
• Sufrir un síncope vasovagal (emociones muy fuertes, como ansiedad, estrés…).
• Tener una hipotensión ortostática (cambiar de posición de golpe).
• Diabetes o la anemia (que podrían causar hipotensión arterial crónica).

Algunos de los síntomas de la hipotensión pueden ser mareos, fatiga, desmayo, náuseas, visión borrosa, falta de sed, vértigo, piel fría o taquicardias. Por ello, para evitar que las personas mayores puedan sufrir de tensión baja es importante incorporar ciertas actividades o hábitos al día a día:

• No estar quieto mucho tiempo seguido.
• Evitar comidas abundantes y grasas y seguir una dieta equilibrada.
• Utilizar medias de compresión para mejorar la circulación sanguínea en las piernas.
• Dormir con la cabeza más elevada que el resto del cuerpo.
• Realizar ejercicio a diario (sobre todo caminar).
• Evitar los medicamentos que agravan la tensión baja.

¿Cuándo es conveniente medir la tensión?

Nosotros siempre recomendamos medir la presión arterial, al menos, una vez al año. La mayoría de veces no será necesario ni siquiera pedir cita para un examen específico. Los médicos de familia tienen dentro de su protocolo medir siempre la presión arterial, tenga los síntomas que tenga. Es en estas pruebas donde se detectan la mayor parte de los casos de hipertensión.

Hoy en día, y desde hace mucho tiempo, no es ni necesario salir de casa para saber cuál es tu presión arterial: puedes adquirir un tensiómetro individual. El procedimiento que realiza es el mismo que el que puede ocurrir en una farmacia. Tienes que estar en reposo y tranquilo, colocar un manguito alrededor de tu brazo, darle al botón que indique en las instrucciones. El manguito se hinchará y des hinchará solo. La tensión alcanzará un punto mínimo y máximo. El objetivo es obstruir primero la arteria que se encuentra en el interior del brazo para ir abriéndola poco a poco. Cuando acabe, podrás ver los resultados en la pantalla.

Sin embargo, y aunque tener un tensiómetro en casa es muy recomendable, muchas veces es mejor quedarse más tranquilo con un sistema capaz de comprobar las constantes vitales en tiempo real y que avise al instante tanto a la familia como a emergencias de cualquier irregularidad,

El reloj de teleasistencia de Durcal es capaz de eso y más. Así toda la familia puede estar tranquila y las personas mayores que formen parte de ella no pierden ninguna independencia. Con la app de localización, salud y felicidad de Durcal puedes estar pendiente de tu familia y amigos y acudir a ellos si hay algún problema. Puedes ponerte en contacto con nuestro equipo si tienes alguna duda o cuestión. Ahora, más conectados que nunca.

Como el reloj Durcal, un dispositivo conectado 24 horas a la central de Movistar Prosegur Alarmas. Cuenta con un botón de ayuda a través del cual un operador se pone en contacto con la persona que lo lleva puesto para atenderlo en cualquier momento y, paralelamente, las personas que tienen acceso a los datos del reloj (mayoritariamente, familiares) pueden conocer la hora y la ubicación exactas de la alerta. Para más información, podéis consultar aquí.