Señora para cuidar a una persona mayor: Todos somos conscientes de que, conforme nos hacemos mayores, nuestro cuerpo va cambiando y necesitamos una ayuda adicional para realizar las tareas del día a día. Cada persona envejece de manera diferente, por lo que una persona puede necesitar un acompañamiento las 24 horas del día mientras que a otra solamente haya que ayudarla con la compra o la limpieza del hogar.
En estas situaciones, el papel del cuidador o cuidadora de personas mayores se vuelve fundamental. Esta profesión es indispensable para que las personas de la tercera edad o que necesitan cuidados específicos puedan mantener su independencia y vitalidad.
Sin embargo, esta profesión tan importante ha sido subestimada durante muchos años por la sociedad. Afortunadamente, la visión está cambiando y se valora cada vez más el trabajo de estos profesionales que velan por la salud y la felicidad de nuestros mayores. De hecho, tener a un/a cuidador/a en casa puede aportar muchos beneficios tanto a esta como al resto de la familia, quienes se sentirán más tranquilos al saber que alguien se preocupa por el bienestar de sus seres queridos. Por ello, hoy veremos todas las ventajas que puede aportar.
El trabajo de cuidar a una persona mayor
Fundamentalmente desempeñado por mujeres (y quizá por eso no se les reconoce el mérito que tienen), este oficio no tiene actualmente el respeto y la protección del trabajador/a que se merece. Sin embargo, la sociedad está comenzando a tomar conciencia de la labor tan importante que desempeñan y está valorando su trabajo de manera más adecuada.
Cuidar a personas mayores no es una tarea fácil. Requiere vocación, ya que es muy sacrificado, por lo que necesitas tener una motivación sólida para continuar en la profesión. Normalmente, cuidadores/as profesionales disfrutan ayudando a las personas mayores a llevar una vida más tranquila y relajada. Obtienen una sensación de logro personal sabiendo que están mejorando la calidad de vida de una persona, haciendo que se sientan seguros y cómodos en sus propios hogares.
Algunos puntos clave
Contrario al pensamiento habitual, los cuidadores de personas mayores deben tener una formación complementaria y adecuada al caso que va a tratar. Especializarse no solamente les ayuda a tener más opciones de empleo, sino que saben cómo cuidar casos particularmente complejos, como alzheimer o demencias. En la mayoría de casos no solo tendrán que prepararse en cuanto a conocimientos, sino que también necesitarán cierta fuerza física. Muchos ancianos necesitan ayuda para levantarse, por lo que la persona que les cuida se convierte en su punto de apoyo.
También hay casos en los que la persona mayor simplemente necesita un poco de acompañamiento en las tareas del hogar, para hacer la compra o, simplemente, tener a alguien con quien conversar y realizar actividades de ocio que la mantengan despierta y vital. La simple compañía tiene enormes beneficios para la salud de los mayores, como una presión arterial más baja, menor riesgo de problemas de salud mental y/o cardiovasculares, etc.
No podemos dejar de lado el factor humano: cualquier persona bajo cuidados de otra debe recibir el mayor respeto y atención posibles. Es normal querer que tu familia esté a gusto y protegida, por lo que, además de contar con el reloj de teleasistencia Durcal, el apoyo de un cuidador profesional nos puede aportar esa paz mental. Sin embargo, los beneficios no se limitan solo a eso.
Ventajas de contratar un profesional en cuidar a personas mayores
Es posible que ya hayamos mencionado algunos de los beneficios de contratar a cuidadores profesionales para tus seres queridos, pero aquí hay algunos más que pueden convencerte:
Economía
El precio es uno de los elementos que más se tienen en cuenta a la hora de contar con un profesional de personas mayores en casa. Solemos creer que este servicio es demasiado caro y que no nos lo podemos permitir. Hay personas que incluso piensan que, a la larga, una residencia puede salir mejor de precio. La realidad es totalmente opuesta: es más económico contar con una persona que vaya a casa. Y no solamente es la mejor opción por el precio, sino por la calidad de vida de la persona mayor, que podrá seguir desarrollando su vida en el sitio en el que vive y que conoce. Podrá seguir viendo a su familia y conocidos y no tendrá que renunciar a salir porque tendrá a alguien que le acompañe.
El salario de un/a cuidador/a varía dependiendo de las necesidades de la persona mayor y la formación que se requiere por parte del trabajador/a. Si no te apetece buscar de forma individual, hoy en día existen muchas empresas que coordinan a trabajadores/as y familias, ofreciendo asistencia y asesoramiento legal. Seguro que encuentras la opción que mejor se adecúe a la persona mayor y a la economía.
Profesionalidad del cuidador
Cuidar a personas mayores, dependientes o con déficits es mucho más complejo de lo que parece. Hay que estudiar el estado específico de la persona, además de la enfermedad o la situación que pueda padecer, ya que tareas sencillas como una ducha o comer pueden descontrolarse y ser incluso peligrosas si las lleva a cabo una persona que no está familiarizada con los procedimientos o no tiene la información necesaria tal.
Queremos a nuestros mayores de aquí al infinito, pero puede que no sepamos cómo cuidarlos o darles lo que necesitan porque no tenemos los conocimientos. Un/a cuidador/a debe contar, como mínimo, con la siguiente formación para poder ofrecer un servicio adecuado:
- Académica: Cualquier cuidador/a certificado/a necesita tener nociones básicas de las acciones de las que se encargará: alimentación, medicación, cómo levantar a una persona… además de conocimientos básicos de enfermería.
- Física: Es necesario que la persona cuidadora de un mayor sepa la forma de levantarla, ducharla, acostarla o vestirla para que no se haga daño. Además de las técnicas básicas, también deberá tener en cuenta la situación propia del mayor, si tiene algún problema físico, un dolor o una enfermedad, para adaptar las posturas, que permitirán realizar estas acciones sin peligro, ni para el cuidador/a ni para el mayor.
- Psicológica: Una persona encargada del cuidado de otra debe ser paciente y saber manejar situaciones complejas, además de establecer límites sanos, con seguridad pero con empatía, cuando sea necesario. Tiene que mostrar tranquilidad y no tomarse nada como algo personal, entendiendo que la persona mayor puede no sentir lo que dice.
La persona mayor vive en su domicilio
Esta es posiblemente una de las razones de más peso cuando se decide contratar los servicios de una persona que cuide a los mayores: no les obligamos a ‘irse de casa’. Hay que tener en cuenta que la edad hace que los cambios no se lleven tan bien como en la juventud, además de que las personas de edad avanzada no solían cambiar de casa tanto como hoy en día, por lo que puede que la casa en la que esté sea el hogar en el que ha vivido toda su vida.
Un momento de vulnerabilidad como la vejez no es el mejor momento para separar a una persona del hogar en el que ha vivido tantos años, de sus tiendas de toda la vida y de sus vecinos y amigos, con los que interactúa y comparte vivencias. En estos momentos no solo sirve pensar en nuestra propia comodidad, sino en la del mayor. Lo mejor es, si es posible, comentarlo con el mayor y ver si querría ir a una residencia o preferiría tener asistencia en su casa.
Cuidado en el entorno
Relacionado con el punto que acabamos de comentar, un cambio en el entorno tan drástico como llevar a una persona mayor a una residencia puede generar mucho estrés en alguien que no está acostumbrado a cambios inesperados. Para algunas personas, esta decisión puede suponer una pérdida de su intimidad y autonomía.
El factor social es fundamental para que una persona se sienta libre y protegida. Continuar con el mismo entorno social y cultural en el que el mayor ha estado durante estos últimos años o toda su vida y mantener el contacto con sus amigos, vecinos o conocidos es esencial para mantener sus habilidades sociales y su memoria activa.
Recuerda que tener a una persona cuidadora de mayores en el entorno en el que siempre ha vivido de forma calmada y adaptándose a sus necesidades personales no solamente ayuda en gran medida al mayor, sino que también tranquiliza a la familia y hace que todos juntos pasen un tiempo de mayor calidad.
Eso es lo que nos propusimos en Durcal: encontrar la paz, la seguridad y la tranquilidad para todos los miembros de la familia. Por eso vinculamos a nuestro reloj de teleasistencia una aplicación para que toda la familia pueda ver en tiempo real la localización GPS del familiar, su actividad, recibir alertas de salida y entrada de las zonas marcadas así como emergencias por caída o pulsación del botón de ayuda.
Además, todos podréis ver en tiempo real el historial de las constantes vitales del familiar, como el oxígeno en sangre, las pulsaciones y los pasos realizados por el familiar. Si quieres saber más del reloj, tienes alguna pregunta concreta o te apetece probarlo de forma gratuita, solamente tienes que ponerte en contacto con nuestro equipo, que te explicará los pasos a seguir sin ningún compromiso.