¿Conoces algunos de los principales recursos para cuidadores de ancianos? El trabajo de cuidador de una persona mayor o dependiente es mucho más duro de lo que a primera vista pueda parecer. Suele correrse el riesgo de abandonarse por cuidar a otra persona, produciendo estrés y, si va a más, el llamado síndrome del cuidador quemado, del que hablamos en este post.
Sin embargo, el tema de hoy es un poco más positivo y alegre: queremos ayudarte, si estás leyendo esto y eres cuidador, con algunos recursos para cuidadores de ancianos con los que podrás contar dependiendo de las necesidades de la persona de la que estás a cargo. No todo el mundo requiere de los mismos cuidados, por lo que hay que tener en cuenta siempre el historial clínico del anciano, sus gustos y el nivel de dependencia para ofrecerle la mejor asistencia posible. Por eso, querido cuidador o familiar al cargo de una persona mayor, hemos preparado esta guía con todos los consejos recopilados. ¡Mira!
Cuidado diario de ancianos
Cuando una persona se hace mayor, es normal que comiencen a aparecer pequeños problemas que dificulten su independencia o incluso enfermedades más complejas, como Alzheimer u otras demencias relacionadas, que hacen que el anciano que la padece necesite asistencia. Conforme su estado progresa, quienes la padecen requieren una mayor asistencia en tareas rutinarias, como bañarse, asearse y/o vestirse.
Esa dependencia puede resultar frustrante para la persona que necesita ayuda en estas actividades personales. Por eso el papel del cuidador no es solamente ayudar en esos momentos, sino considerar cómo se siente la persona a la que ofrece su trabajo. Por ello, hemos hecho una pequeña recopilación de recursos para cuidadores de ancianos para que los tengan en cuenta a la hora de comenzar a trabajar las rutinas:
Algunos recursos para cuidadores de ancianos
- Mantener una rutina fija y sin variaciones en la que se realicen las actividades pertinentes (baño, vestirse, comidas…) a horas fijas todos los días.
- Ayudar a la persona a crear listas de tareas, anotar citas y programar actividades en un cuaderno o calendario.
- Organizar actividades que la persona disfrute a las mismas horas todos los días.
- Utilizar recordatorios o sistemas para asegurarse de que la persona tome sus medicamentos regularmente o avise si ocurre algún problema.
- Al ayudar en el cambio de ropa o el baño, permite que la persona realice todo lo que pueda por sí misma. No es un muñeco o algo inútil, debemos respetar sus decisiones y escucharla. Si hay algún detalle que pueda realizar sin ayuda, que lo haga.
- Elegir ropa cómoda y holgada, como prendas con elásticos en la cintura, sujetadores de tela y cierres fáciles de abrochar y desabrochar en vez de cordones, botones o hebillas.
- Utilizar sillas de ducha resistentes para evitar caídas en caso de inestabilidad. Estas sillas se pueden adquirir en farmacias o tiendas de suministros médicos.
- Mantener una actitud amable y respetuosa al ayudar a la persona en cualquier momento. Es imprescindible anunciar qué vamos a hacer antes para que sepa qué va a ocurrir y pueda sentirse confiada y segura.
- Servir las comidas en un entorno familiar y establecido, brindando suficiente tiempo a la persona para comer. Jamás deberemos meter prisa u obligar con violencia a que coma. Debemos tener mucha paciencia y explicar la situación o por qué las cosas son así las veces que haga falta.
- Emplear un dispositivo de teleasistencia como el reloj de Durcal, el cual posibilita la ubicación y la asistencia inmediata a personas mayores en situaciones de emergencia.
Cuando hay cambios en la comunicación y en la conducta
La comunicación puede ser difícil para las personas mayores si desarrollan algún tipo de demencia o tienen problemas en el habla, ya que se les hace complicado recordar cosas. La falta de memoria suele llevar a estados de estrés, confusión y baja autoestima. Para el cuidador, igual de importante es cuidar a la persona por fuera como por dentro.
Lo primero que se debe hacer es entender qué enfermedad está causando este problema para tratar de manejarla lo mejor posible y, con junto a otras medidas, fomentar la comunicación:
- Tranquilizando a la persona. La mejor manera de conectar con cualquier ser humano es calmándole y asegurándole de que el espacio en el que se encuentra es seguro y puede equivocarse las veces que quiera. Si se observa al mayor con miedo, mostrar comprensión es fundamental; escucha sus preocupaciones.
- Ayudando a que mantenga tanto control de su vida como sea posible. Como hemos comentado antes, si puede hacer algo solo, es mejor no intervenir para que no tenga miedo a hacer cosas.
- Respetando su espacio personal.
- Estableciendo momentos de silencio durante el día para que pueda seguir su propia corriente de pensamientos.
- Manteniendo en la casa fotografías y objetos familiares que la persona aprecie para reforzar el espacio seguro del que hablábamos. Así, si se olvida de algo, puede ‘consultarlo’.
- Recordando, desde el respeto, cualquier cosa que se le olvide las veces que haga falta.
- Fomentando una conversación en la que ambos participantes intervengan durante el mayor tiempo posible. No tiene sentido monopolizar una conversación si el objetivo es que recuerde y no tenga miedo de preguntar.
- Distrayendo a la persona con alguna actividad, como un libro o con un álbum de fotografías, si comienza a estresarse porque no recuerda algo. Muchas veces, en vez de intentar resolver el problema, la solución está en cambiar de tema.
Consejos para una vida saludable y activa
Fomentar una alimentación saludable y mantenerse activo es beneficioso para todos, pero adquiere una importancia especial para las personas mayores, que suelen dejar de realizar actividades diarias por miedo o porque necesitan la ayuda de un cuidador o familiar. Por miedo a molestar o a ‘ser una carga’, no piden asistencia, así que una de nuestras primeras tareas será que se sientan lo suficientemente cómodos como para no pensar de esta forma.
Una vez hayamos conseguido ese objetivo, podemos buscar formas de garantizar que nuestros mayores sigan una dieta saludable y se mantengan en movimiento. Puedes usar algunos de estos recursos para cuidadores de ancianos:
Consejos útiles
- Explora diversas actividades para que el mayor pueda elegir como le plazca y tenga la posibilidad de cambiar si no le gusta. Pueden ser cosas simples (participar en tareas domésticas, cocinar, hacer ejercicios, hacer jardinería…) siempre y cuando suponga una actividad física adecuada a sus necesidades y limitaciones.
- Facilita el comienzo de una actividad o únete a ella para hacerla más entretenida y generar ilusión y confianza en la persona mayor. Siempre es mucho mejor hacer algo con otras personas que solo porque anima.
- Usa música para realizar ejercicios u otras actividades. El baile es una opción divertida para casi todas las edades.
- Ajusta la duración de la actividad a la residencia de la persona mayor. Es mejor realizar rutinas de ejercicio cortas en lugar de una actividad prolongada aburrida y que no genere ilusión.
- Propón salir a dar un pequeño paseo todos los días. Aunque la vivienda familiar es un espacio que genera mucha confianza en el mayor, salir de él también les da independencia y confianza en ellos mismos.
- Establece una dieta, junto a los consejos que dé el médico, adecuada a cualquier problema o nivel que el mayor necesite controlar (azúcar, grasa…). Dale al mayor opciones para comer, que elija y sea creativo. Pequeños gestos como estos les ayudan a hacer menos monótonos los días y a sentirse partícipes.
Seguridad en el hogar
Como cuidador o familiar de una persona mayor, eres el responsable de asegurar ciertas medidas para que el hogar sea más fácil para el mayor al que cuidas. Es fundamental eliminar peligros que puedan hacer que se tropiece o dificulte su camino. Igual de importante es instalar dispositivos de seguridad en el hogar que le ayuden a moverse con más libertad. Ahí van las sugerencias:
- Si tienes escaleras en casa, asegúrate de que haya pasamanos junto a ellas. También puedes colocar alfombras o tiras antideslizantes en los peldaños o marcar los bordes de las escaleras con cinta adhesiva de algún color llamativo para que se vean mejor.
- Mantén las zonas de paso siempre despejadas, guarda las cosas que no se usen mucho y quita alfombras pequeñas, cables u otros objetos que puedan causar tropiezos.
- Asegúrate de que todas las habitaciones y áreas exteriores que frecuenta la persona estén bien iluminadas.
- Evita cortinas y alfombras con patrones muy complicados que puedan confundir al mayor.
- Guarda en un lugar al que sepas que la persona mayor no podrá acceder los productos de limpieza u otros químicos perjudiciales para la salud.
El cuidador también se tiene que cuidar
Como ya hemos comentado en otros artículos y al comienzo de este, si el cuidador no se cuida, difícilmente podrá atender a los demás. Por ello, queremos recordar que este oficio suele tener un lado triste y peligroso: acabar dejándote a ti mismo de lado por cuidar a otra persona. Es vital encontrar tiempo para cuidarte a ti mismo. Por supuesto, no nos hemos olvidado de los cuidadores, aquellos que hacen la vida más fácil y cálida a nuestros mayores, por lo que queremos cerrar el post de hoy dándoles unas pequeñas recomendaciones que, esperamos, les sean de ayuda para tenerse en cuenta en todo momento:
Recomendaciones
- Pide ayuda, si la necesitas, tanto física como psicológicamente. Si ves que no puedes con la cantidad de trabajo, seguro que los familiares y/o amigos del mayor pueden ofrecerte ayuda reduciendo tu jornada o repartiendo parte de las tareas que hagas.
- Come sano para mantenerte en buena forma y lleno de energía.
- Únete a un grupo de apoyo para cuidadores. Compartir tus vivencias con otros compañeros de profesión te permitirá ‘bajar a tierra’ esas dudas o problemas que tenías en tu cabeza rondando que no iban a ningún lado y, sobre todo, te ayudarán a no sentirte solo en tu trabajo.
- Asegúrate de tomar pequeños descansos a diario. A veces, una simple parada para tomar un café puede cambiar por completo la percepción del día.
- Respeta tu tiempo libre, disfruta de tus amigos y mantén aquellos pasatiempos que siempre te han gustado.
- Intenta hacer ejercicio con regularidad. El yoga o salir a dar paseos solo y sin rumbo te ayudarán a despejar la mente y a mantenerte con energía.
- La meditación puede ser muy útil. Puedes incluirla en tus ratos libres o como parte de tu rutina al despertarte.
Durcal
Esperamos que todos estos recursos para cuidadores de ancianos, consejos y recomendaciones hayan ayudado a los cuidadores a realizar su trabajo con más calma y, por supuesto, como recordatorio de que ellos también deben cuidarse y darse momentos libres o de soledad. Sabemos que los cuidadores de ancianos suelen dedicarles muchas horas y les cuesta dejarlos solos, por lo que el reloj de teleasistencia de Durcal puede ser de gran ayuda en esos momentos en los que necesitamos un soporte de protección extra.
Este dispositivo tan pequeño puede llegar a salvar vidas gracias a todas sus funcionalidades: su GPS integrado y su conexión 24 horas al día con la central de emergencias hace que sea capaz de avisar a los familiares (a través de la app) y a la ambulancia en caso de que haya algún problema, ya que también es capaz de detectar caídas. Si quieres que tu mayor esté un poco más cuidado, puedes ponerte en contacto con nuestro equipo para que te ofrezcan un período de prueba de nuestro reloj gratis.