¿Cómo la soledad afecta a la salud mental? La soledad es un problema que acaba afectando también al estado emocional de la persona que la padece. Así es en el caso de la mayor parte de los ancianos cuando llegan a cierta edad. Ya sea porque han perdido a su pareja o a sus amigos o familiares, es mucho más fácil que se sienta sola y comience a perder las ganas de salir o de realizar actividades cotidianas.
No importa la edad que se tenga: es muy importante sentirse bien física y emocionalmente, ya que la tristeza roba calidad de vida. De ahí que los familiares y cuidadores deban estar ojo avizor para detectar rápidamente los síntomas y poner solución, proponiendo actividades o acompañándoles más. Hoy veremos cómo la soledad afecta a la salud mental y qué formas existen para que, desde fuera, ayudemos a hacerles sentir que no están solos.
¿Cuándo y cómo puede aparecer la soledad?
Conforme cumplimos años y nos hacemos mayores comenzamos a notar pequeños achaques, tanto físicos como mentales, que hacen que realizar nuestras tareas diarias sea un poco más difícil. Uno de los problemas que más afectan es comenzar a perder independencia para ir a sitios o para hacer cosas. La frustración que genera provoca que las personas mayores no se sientan útiles o capaces, cosa que, al mismo tiempo, les genera miedo a probar actividades nuevas o incluso a ver a familiares.
Esta sensación acaba provocando falta de autoestima en ellos mismos; esta señal es terriblemente peligrosa, pues puede significar el comienzo de un problema de salud mental si no se trata. La falta de rutinas o de trabajo, a las que las personas mayores han estado acostumbradas toda su vida, les lleva a replantearse su utilidad en la sociedad, fomentando la aparición de la depresión y, por ende, del sentimiento de soledad.
Hay que tener en cuenta que es posible que se deje de ver a familiares, amigos y compañeros de trabajo por la edad. La falta de contacto diario con los suyos, si no se soluciona realizando otras actividades que fomenten la creación de relaciones sociales, puede acrecentar el sentimiento de soledad.
Pérdida de la pareja
Otro factor al que familiares y cuidadores deberán estar atentos es cuando la persona mayor pierde a su pareja, aquella que le ha acompañado todos estos años. La soledad puede crecer como en ninguna otra ocasión en la persona mayor cuando pierde a un ser querido, por lo que la familia deberá estar apoyando más que nunca, pues si se siente abandonada su estado mental podría empeorar.
Más que hacer que viva con alguien para que en casa no esté solo, lo que se tiene que comenzar a hacer es pasar y escoger momentos de calidad con el mayor. Necesitamos darle a entender que no está solo, que estamos pendientes de él y de que es necesario para la familia. En muchos casos también se suele recurrir a un cuidador de día para que le acompañe a realizar las tareas habituales, como ir a la compra.
¿Cómo afecta?
Como hemos comentado, todo depende de cómo se pase el tiempo con la persona mayor: existen personas que viven solas y no se sienten para nada en soledad, pues la familia se ha organizado para visitarles frecuentemente y acompañarlos siempre que les haga falta. También pueden contar con los amigos o vecinos, pero no es el caso de todos los mayores.
El Instituto Nacional de Estadística alerta de que la soledad no deseada se produce en casi dos millones de personas mayores de alrededor de 65 años en España. La principal causa es que viven solas. Más de la mitad de ancianos comentan que se sienten aislados, y que ese aislamiento genera soledad. Las mujeres de más de 85 años son las más afectadas, pues como son ellas las que tienen una esperanza de vida más amplia, suelen quedarse viudas y tienen que aprender a una edad muy avanzada a vivir solas.
La soledad no afecta únicamente al estado anímico, sino también al deterioro cognitivo. Cuando decimos que la soledad es el gran problema de la vejez no lo decimos por decir; llega a influir en las emociones, en salud mental y contribuye a aumentar las enfermedades cardiovasculares. Pese a que las personas mayores pueden estar más o menos bien desde un punto de vista físico, la soledad es causa de mortalidad prematura, por lo que no siempre mueren de enfermedades, sino también de soledad.
La soledad no deseada
Una soledad en la mayoría de casos no deseada, el peor de los aislamientos posibles. Se produce cuando un mayor empieza a recibir menos visitas (especialmente de familiares y/o amigos) o muere alguien muy cercano a él, como la pareja o amigos de la infancia.
Las consecuencias que más miedo dan de la soledad son el desarrollo de la demencia, la pérdida de la memoria y la pérdida de facultades sociales como el habla. Algo que a priori parece poco importante, como sentirse solo, puede desencadenar una serie de problemas mentales muy complejos y peligrosos en las personas mayores, por lo que en cuanto se comiencen a notar cambios en el comportamiento, como apatía o no tener ganas de hacer nada, es fundamental pasar a la acción para evitar el aislamiento.
Para que puedas percibir más claramente algunos síntomas, te dejamos los más comunes o los comportamientos que primero suelen manifestarse:
- El mayor pierde las ganas de vivir
- Añora en extremo un pasado que no volverá, llegando a no ver el presente o la realidad
- Comienza a no sentirse útil o escuchado
- Piensa que no pertenece a ningún círculo, que está completamente solo pese a que no es verdad
Soluciones
Las familias y su amor y cariño son la mejor medicina para estos problemas. Es necesario entender que las personas mayores necesitan atención y que las escuchen. Para superar la soledad es necesario organización por parte de todo su entorno, de forma que vuelvan a sentirse parte de una familia y quieran volver a su estado anímico anterior.
Además de compañía, realizar nuevas actividades es una de las mejores formas de superar la soledad. Interactuar con otras personas, que puede que incluso estén en su misma posición, hará que vean que la vida sigue teniendo sentido y que son perfectamente capaces de crear nuevos vínculos. Te dejamos una pequeña lista de actividades que los mayores puede realizar para evitar la soledad:
Actividades
- Realizar cursos con personas de tu misma edad
- Apuntarse a talleres creativos con algunos amigos
- Hacer excursiones de asociaciones de la tercera edad
- Ir al teatro o al cine
- Realizar reuniones y meriendas en espacios de pensionistas.
- Apuntarse a viajes del IMSERSO para conocer a gente nueva y ver paisajes jamás vistos
- Aprender un nuevo idioma
- Cocinar nuevas recetas
- Aprender a tejer o hacer ganchillo
- Practicar pintura o dibujo
- Aprender a tocar cualquier instrumento musical
- Aprender historia o cultura
Como ves, se trata de actividades normales y corrientes que no requieren nada especial o extraordinario. Sin embargo, anímicamente pueden generar maravillas en la persona mayor que las realice de vez en cuando.
Si a esto le sumamos el apoyo incondicional de los familiares, paliaremos rápidamente la sensación de soledad que sienta la persona mayor. Con ellos también se pueden hacer muchas cosas que unan a la familia:
- Visitarles frecuentemente y pasar un largo rato con ellos, dejando que expresen lo que necesiten
- Prepararles la comida y comer juntos
- Ayudarles y preocuparse por las tareas del hogar, es muy importante no tratarnos como niños, hay que pedir siempre permiso y preguntarles si necesitan ayuda en algo en concreto
- Ir a pasear al parque o por zonas verdes
- Jugar con ellos para mejorar sus habilidades cognitivas
- Organizar un viaje familiar 1 vez al año (dependiendo de la salud del mayor)
- Incluirles en las reuniones familiares
Contra la soledad
La importancia de la compañía
Combatir la soledad por parte de las personas que rodean a la persona mayor simplemente requiere de empatía, amor y humanidad. La mejor cura, como hemos dicho antes, está en la atención y la paciencia. Una persona, especialmente si es mayor, que se siente sola necesita que la escuchen, muestren que es necesaria y que cuentan con ella y, por supuesto, que puede expresarse libremente con seguridad.
Cuando nos hacemos mayores, estar con la gente que nos quiere y a la que le importamos nos hace sentir vivos. Es más, a nivel físico se pueden percibir cambios muy positivos: aumentan los niveles de serotonina, incrementando la felicidad y deshaciendo los efectos nocivos de la soledad. Estar con gente y pasar tiempo de calidad con ellos refuerza el amor propio porque sentimos que importamos.
Esa emoción puede ayudar a una persona mayor que padece soledad a recuperar las ganas de vivir aventuras de nuevo. Simples gestos como jugar un rato al dominó, ir a pasear o acompañarles a una cita médica les ayudará a encontrar una razón para hacer que los días valgan la pena. También podemos proponerles actividades que les den cierta responsabilidad, como pasar un tiempo con los nietos o pedirles que los recojan del colegio (si físicamente puede). Estar con personas jóvenes y que no juzgan puede ayudarles a rejuvenecer también.
La importancia del apoyo
Cuidar de una persona mayor es una labor muy compleja en la que hay que tener en cuenta el estado físico y el anímico a partes iguales. No podemos dejar de prestarles atención simplemente porque les cueste un poco más hacer las cosas o tengamos que explicar una situación varias veces. Debemos utilizar la paciencia y el amor como armas principales para luchar contra la soledad que sienten.
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