¿¿Cómo prevenir la deshidratación? Beber agua en cualquier época del año y a cualquier edad es totalmente necesario para que nuestro cuerpo reciba el líquido que necesita. Sin embargo, el aumento de temperaturas debido al calentamiento global hacen que el verano sea una estación especialmente peligrosa para nuestros mayores, propensos a sufrir deshidratación. Conforme envejecemos nuestro sentido de la sed disminuye, por lo que no ‘recordamos’ que tenemos que beber agua tan a menudo como deberíamos, sobre todo con el calor.
Por eso, tanto los familiares como la persona que se encarga del cuidado del anciano (si la tiene) deben estar muy atentos a cualquier síntoma e insistir en la ingesta de agua de forma recurrente en épocas de calor. Si no sabes cómo actuar ante esta situación, te dejamos algunos consejos para prevenir la deshidratación en personas mayores este verano y formas de detectar un posible golpe de calor.
¿Qué es la deshidratación?
Esta afección se produce cuando hay una pérdida de líquido del cuerpo excesiva o más elevada de lo normal. Se da cuando una persona pierde más líquido del que ingiere y, por lo tanto, la velocidad a la que lo repone no es suficiente, haciendo que el cuerpo no pueda funcionar adecuadamente porque no tiene lo que necesita para ello. Pero ¿cómo prevenir la deshidratación?
Aunque la deshidratación se puede dar en cualquier persona y a cualquier edad, las personas mayores son uno de los grupos más vulnerables junto con los recién nacidos, los niños y las embarazadas. Las causas de la aparición de esta afección pueden ser varias, pero en los ancianos las más comunes suelen vincularse con:
Algunos indicios
- Diarrea
- Vómitos
- Sudoración excesiva
- Orinar demasiado (debido a medicamentos o enfermedades)
- Fiebre
- No beber suficiente líquido
- Edad muy avanzada
- Algunas demencias
Aunque la deshidratación es un factor de riesgo, no todos los tipos tienen la misma gravedad. Todo dependerá de los niveles de líquido que se han perdido, la edad y el estado de salud de la persona en cuestión. Para que puedas tener en baremo y medir el nivel en la persona mayor, te dejamos los grados de deshidratación que existen:
- Deshidratación leve: Consiste en los primeros síntomas de la falta de líquidos y, si se detecta a tiempo es de riesgo muy bajo y se puede solucionar con facilidad.
- Deshidratación moderada: Si no vemos la fase leve, la deshidratación irá en aumento poco a poco hasta llegar a la moderada, aunque también se puede dar por culpa de ciertas patologías. Los síntomas comienzan a agravarse y puede ser necesaria la intervención médica profesional.
- Deshidratación severa: Esta es la fase que debemos evitar a toda costa: los síntomas son realmente graves y se necesita sí o sí la intervención de médicos urgentemente, ya que el cuerpo de la persona que padece este tipo de deshidratación necesita hidratarse de forma rápida.
Síntomas de deshidratación en personas mayores
La falta de líquido en personas mayores es una condición realmente grave, ya que pueden alcanzar la fase severa más rápidamente que una persona de edad media o más joven. También hay que tener en cuenta que los mayores suelen tomar medicamentos con frecuencia y algunos de ellos disminuyen la sed, por lo que el riesgo de padecer esta afección no hace más que aumentar.
Las personas mayores deshidratadas pueden sufrir diversos síntomas dependiendo de la fase en la que se encuentren. De ahí que sea tan importante saber detectarlos y estar muy atentos si, por ejemplo, se introduce un nuevo medicamento en su ingesta:
Boca pastosa
La falta de saliva en la boca, creando pastosidad, es uno de los síntomas más visibles (y lógicos) de la deshidratación. Es vital que, si se observa, se insista en que la persona mayor beba suficiente agua.
Estreñimiento
Es otro de los síntomas más comunes en personas mayores que comienzan a sufrir deshidratación. También puede venir acompañado de dolor abdominal o falta de apetito.
Modificaciones en la orina
Tanto el color como la densidad de la orina pueden ayudar a detectar un problema de deshidratación a ojos de un profesional. Por ello, si notas alguna variación (especialmente si la orina se vuelve más densa y oscura) lo mejor es acudir inmediatamente al médico.
Confusión
La desorientación también puede indicar una falta de agua, ya que la persona mayor está mareada y no sabe asociar dónde está o qué ocurre.
Fatiga y cansancio
Una bajada de tensión sanguínea fuera de lo normal, sobre todo si la persona mayor no es hipotensa, puede ser otro signo evidente de falta de agua.
Mareos, cefaleas y dolores de cabeza
Cuando una persona se marea por falta de agua, la cantidad de sangre del cuerpo disminuye, cosa que podría generar una reducción del flujo sanguíneo hacia el cerebro, afectando a sus funciones y produciendo dolores de cabeza.
Dolores musculares
No tener suficiente líquido en el cuerpo, además de poder disminuir la tensión, también hace que los niveles de minerales en sangre bajen, afectando al funcionamiento de los músculos. De ahí que también se puedan dar casos de alteraciones en el ritmo cardíaco.
Es necesario que mencionemos en este punto que la deshidratación no solamente genera síntomas, sino que también puede provocar un aumento de caídas, infecciones urinarias, de riñones y de boca, además de complicaciones por la ingesta de medicamentos que, no teniendo deshidratación, no serían peligrosos. De ahí que la prevención sea una de las mejores herramientas para esta y otras afecciones.
Deshidratación grave
Pueden darse casos graves de deshidratación especialmente en personas mayores, por lo que también tienen que conocerse los signos de alerta en ocasiones extremas (ardiendo a urgencias inmediatamente):
- Confusión y desorientación
- Vértigo
- Tensión baja
- Respiración rápida
- Ritmo cardíaco elevado
- No orinar
- Flujo sanguíneo bajo
- Delirios
- Pérdida de la consciencia en casos extremos
Sabemos que son síntomas muy graves y que pueden asustar a las personas que están cuidando a la persona mayor, pero es necesario estar informado y entender los síntomas para llegar a una solución de forma más rápida mientras llegan los servicios de urgencias.
Consejos para cuidar a una persona mayor deshidratada
Una vez sepamos a ciencia cierta que la persona mayor está sufriendo deshidratación, uno de los problemas más comunes en verano, es momento de tomar las medidas necesarias para paliar los efectos y proporcionar a la persona mayor el cuidado necesario. Te dejamos algunos consejos para darle los cuidados adecuados:
Algunos consejos
- Ofrecer líquidos: Tanto si está sufriendo deshidratación como si no, si estamos a cargo de una persona mayor (sobre todo en verano) es indispensable insistir en que esta beba agua en pequeñas cantidades y con frecuencia. Si sufre falta de líquidos podemos también ofrecerle bebidas isotónicas o electrolíticas, como suero oral. Una de las medidas que también deberemos tomar será retirar cualquier bebida con cafeína o alcohol, ya que puede empeorar la deshidratación.
- Controlar la temperatura ambiente: Una persona mayor con deshidratación no puede pasar calor; su entorno tiene que mantener una temperatura ambiente fresca y tener ventilación. Por lo tanto, habrá que evitar una exposición prolongada y directa al sol y buscar en todo momento la sombra, saliendo de casa cuando no sean horas pico de calor.
- Dieta equilibrada: En verano hay que variar la dieta y cambiar los platos de cuchara por comidas ligeras, nutritivas y variadas, en las que se incluyen piezas de frutas y verduras con alto contenido de agua (naranja, sandía, melón, pepino, calabaza…).
- Monitorear los signos vitales: Durante la época estival el cuidador de la persona mayor deberá ser extra cuidadoso y controlar de forma periódica sus signos vitales (frecuencia cardíaca y la presión arterial). Si observa alguna variación anormal, será necesario acudir inmediatamente al médico.
- Descanso adecuado: Factores como el estrés, la fatiga, la falta de descanso o sueño inadecuado pueden empeorar la deshidratación.
- Atención médica: Como siempre, cualquier síntoma que persista a pesar de que se toman medidas para evitarlo hace que automáticamente se deba recurrir a la evaluación de un profesional médico. Solamente él podrá determinar qué está ocurriendo con la persona mayor y dictaminar el mejor tratamiento.
Cómo prevenir la deshidratación en personas mayores este verano
En Durcal siempre abogamos por la prevención ante cualquier tipo de problema, de ahí que crearemos nuestro reloj de teleasistencia, por lo que queremos cerrar el post de hoy con algunos tips que ayudarán a evitar el desarrollo de una posible deshidratación además de mejorar la calidad de vida de la persona mayor:
Ofrecer líquidos a lo largo del día
Como ya hemos comentado antes, si la persona mayor pierde la capacidad de sentir sed, no beberá por cuenta propia. Será tarea del cuidador, por tanto, asegurar que consuma líquidos a lo largo del día, aunque no tenga sed. Lo recomendable, para que puedas llevar una cuenta, son unos 6/8 vasos de líquido al día, mayormente compuestos de agua, aunque también se daría como válido otros elementos, como la leche, los zumos de fruta, el té (si no está contraindicado por un médico) y las sopas.
Mantener los ambientes frescos
Será siempre fundamental que las estancias que más frecuente la persona mayor estén frescas y tengan la temperatura adecuada, ya sea abriendo las ventanas o mediante sistemas de ventilación.
Es sobre todo fundamental evitar cambios bruscos de temperatura, especialmente en verano o si la predicción es que vaya a hacer más calor. Si hay aire acondicionado en casa, la temperatura ideal deberá estar entre los 22 y los 24 grados para que no haya un choque muy grande entre frío y calor al cambiar de habitaciones.
Utilizar ropa fresca
Puede que lo demos por sentado o ni siquiera nos demos cuenta, pero una forma efectiva y rápida de pasar menos calor es utilizar ropa fresca para que el aire pueda circular alrededor de la piel fácilmente. Así será posible evitar una pérdida innecesaria de líquidos y el anciano estará mucho más cómodo con telas de algodón o lino, los clásicos del verano.
La deshidratación en adultos mayores puede ser muy peligrosa, por lo que es esencial entender los síntomas y actuar rápidamente, recurriendo a los profesionales médicos si fuese necesario. Sin embargo, no siempre podemos estar atentos a los síntomas, bien porque no se ven a simple vista o bien porque no nos hemos dado cuenta. Por eso en Durcal creamos una herramienta simple y cómoda para poder detectar cambios en las constantes vitales o caídas, capaz de avisar a la central de emergencias y acudir a la ubicación exacta del familiar si fuese necesario: el reloj de teleasistencia.
Nuestra aplicación permitirá que toda la familia pueda ver en tiempo real la localización GPS del familiar, su actividad, recibir alertas de salida y entrada de las zonas marcadas así como emergencias por caída o pulsación del botón de ayuda.
También podrán ver el historial de las constantes vitales del familiar, tales como el oxígeno en sangre, las pulsaciones y los pasos realizados por el familiar. Si quieres probar de forma gratuita el reloj de Durcal puedes ponerte en contacto con nuestro equipo, que resolverá todas tus preguntas.
