Esta semana os queremos presentar una mujer muy especial para nosotros. Dolores Hueso García, nacida en Úbeda y actualmente residente en Madrid, hace unas semanas sufrió una fuerte caída en la que, afortunadamente, llevaba el reloj Durcal puesto. Aunque vive sola, su hijo Francisco pasa los mediodías y algunas tardes con ella, y también tiene una cuidadora que la ayuda en las tareas de la casa y le hace compañía (aunque Dolores es una gran cocinera y a día de hoy sigue preparando sus platos estrella).
Dolores ha estado perfectamente de salud durante toda su vida hasta que, hace unos años, sufrió un ictus. Tal y como nos cuenta ella, era su marido el que se daba cuenta de todo, el cual falleció hace un tiempo. A Dolores le costó muchísimo recuperarse no solamente del ictus que había sufrido en su momento sino también de la gran pérdida de su marido. Para nosotros, ella es un verdadero ejemplo a seguir.
Hace unas semanas, el equipo de Durcal tuvimos la suerte y el gran placer de conocerla a ella y a su historia. Nos abrió las puertas de su casa y estuvimos un buen rato charlando sobre su vida, sus anécdotas, su familia. Pero sobre todo, pudimos conocer de primera mano que es una gran luchadora y una mujer verdaderamente fuerte. Una de las cosas que más nos impactó fue conocer la historia de cómo perdió a su marido: largas horas en el hospital, incertidumbres, muchísimo dolor. Según nos contó, “él era quién se daba cuenta de todo”, sobre todo cuando Dolores sufría pequeños ictus (que se veían reflejados en la boca y en los ojos). Y cuando sufrió el más grave hasta el momento, su marido ya no estaba. Pero ella siguió adelante.
Desde que sufrió el ictus, Dolores pasa más tiempo en casa, dado que tuvo una fuerte lesión en una pierna y esto provoca que no pueda andar como antes al cien por cien. Lo que le pasó hace unas semanas cuando se encontraba sola, casi no lo puede contar. El pasado enero, ella estaba en su casa tranquilamente, cuando salió del baño, se resbaló en el pasillo y tuvo una fuerte caída de boca. Empezó a desangrarse de manera brutal allí mismo. Automáticamente, el reloj Durcal detectó su caída y se puso en contacto con ella. La operadora de Movistar Prosegur Alarmas le preguntó qué le había pasado, pero Dolores no pudo responder, tenía la boca inhabilitada. La central de emergencias avisó a la ambulancia y, cuando llegó, la portera del edificio donde Dolores vivía tuvo que abrirles la puerta porque ella no podía levantarse del suelo, y fue allí cuando la atendieron y la llevaron corriendo al hospital, donde tuvieron que intervenir los médicos y ponerle puntos (externos e internos) en la boca. A día de hoy, Dolores sigue teniendo algunos puntos internos y todavía no habla con perfecta claridad.
Esta es una de las muchas historias que queremos visibilizar en Durcal. Las personas mayores que necesitan ayuda, su día a día, cómo lo viven sus familiares y, sobre todo, cómo podemos salvarles la vida.