¿Es normal irse de erasmus con 80 años?
Hoy os contamos dos historias paralelas que esperamos que sean fuentes de inspiración para muchos y muchas de vosotros.
Miguel Castillo es un estudiante de la universidad de Valencia y tiene 80 años. Gloria Coco, estudiante de la universidad de Roma, tiene 79. Lo que tienen en común es que ambos se fueron de Erasmus el año pasado, Miguel a Verona (Italia), y Gloria a Tarragona (España). Los dos cuentan con el entusiasmo y con el miedo antes de partir para esta nueva aventura.
¿Quién dijo que el Erasmus es solo para los jóvenes?
Miguel no es nuevo en esta experiencia: ya se fue a estudiar fuera de su ciudad natal, Valencia, para ir a Barcelona y estudiar Derecho cuando era joven. Hace cuarenta años ya visitó Verona para un concierto de Maria Callas. Ahora, con 80 años, él y su mujer volverán a la ciudad de Romeo y Julieta para una nueva estancia. “Ya tengo muchas visitas planeadas” cuenta Miguel divertido “sobre todo de mis hijas y nietas, pero también de amigos”.
Aunque pertenezcan a generaciones muy diferentes, Miguel se integró muy bien con sus compañeros de clase hasta ahora. Se pasaban apuntes de las clases y organizaban cenas y quedadas. “Mis compañeros me llamaban con cariño “abuelo” – cuenta Miguel.
De manera parecida, Gloria también cuenta con ternura su experiencia de Erasmus en Tarragona. Los compañeros la acogieron muy bien, siempre la invitaban para ir a tomar algo, salir, o hacer cenas y Gloria disfrutó mucho de su estancia. “No hay que pensar en la edad – cuenta -: yo soy muy joven de espíritu”.
El Erasmus es un momento único para todos los estudiantes, sin importar su edad, ya que generalmente marca un periodo de aprendizaje, novedades y crecimiento personal. Es una oportunidad para enfrentarnos a nosotros mismos lejos de nuestra zona de confort, conocernos mejor y aprender más del mundo que nos rodea estando sumergidos en una cultura ajena. Miguel y Gloria nos dejan un ejemplo a seguir para que no nos dé miedo hacer cosas nuevas solo porque no pensamos tener la edad apropiada. Estas son dos historias de más que nos confirman que no hay edad para hacer lo que quieres si tienes entusiasmo y ganas de vivir.