“Mi abuela ve cosas que no están”. Si te encuentras en esta situación, es importante que tengas en cuenta que el cuidado de una persona mayor es una tarea compleja. Hay que ser consciente de sus necesidades y ayudarle en todas las labores que no pueda realizar sola. En este sentido, ¿cómo tratar las alucinaciones en ancianos?
Es importante que tanto la familia como los cuidadores (en caso de que haya) sepan que estos síntomas no significan que la persona mayor sufra una enfermedad. Si aparecen delirios, lo primero que hay que hacer es acudir al médico para que realice un diagnóstico. Hoy te contaremos todo lo que necesitas saber para que estés preparado o preparada si en algún momento se diese el caso.
¿Qué son las alucinaciones?
Las alucinaciones son la percepción de algo que no es real. Pueden ser voces, objetos o incluso personas; que se perciben como reales para la que las está sufriendo. Pueden ser un síntoma de enfermedades como la demencia, el ictus o la abstinencia de drogas. También pueden ser indicadores de algo más grave, como un tumor o coágulos de sangre en los pulmones.
Estas alucinaciones o delirios pueden ser aterradores para las personas afectadas ya que crean falsas realidades. La persona no llega a diferenciar del todo qué es de verdad y qué no, por lo que puede provocar situaciones complejas. Dependiendo del sentido con el que se perciba, también puede sentir que se está quemando, por ejemplo, o que huele a podrido cuando no hay nada en ese estado.
Aunque estos síntomas pueden aparecer en cualquier edad, son más frecuentes en personas mayores. Se calcula que entre el 15 y el 25% de las personas mayores de 65 años experimentan alucinaciones.
Existen muchísimos tipos de alucinaciones, y cada una es percibida de una forma distinta por la persona que la sufre. Algunas de las más frecuentes son:
Alucinación visual
La persona ve figuras, especialmente de familiares o personas fallecidas, escenas o destellos de luz, entre otras cosas.
Alucinación táctil
La persona siente sensaciones térmicas, como frío o calor, que pueden parecer muy reales, o una sensación de hormigueo. También puede sentir que ha sido tocada por otra persona o animal.
Alucinación auditiva
Es el segundo tipo de alucinación más común en la demencia. La persona escucha sonidos, generalmente incómodos como pitidos o campanas, y voces.
Alucinación olfativa
La persona percibe olores que no son reales ni están presentes en su entorno. Los olores más comunes son a quemado y podrido.
Alucinación gustativa
La persona percibe sabores, usualmente desagradables, en la comida.
Alucinación somática
Es la alucinación más compleja y menos frecuente: la persona experimenta sensaciones físicas, como sentir que su cuerpo está vacío o que desprende electricidad.
Alucinaciones nocturnas
Un aspecto que los cuidadores y familiares de personas mayores deben tener muy presente es que también se pueden dar alucinaciones nocturnas. Estas se producen cuando una persona ve o escucha cosas o sonidos de noche que se perciben como reales. Normalmente se deben a la fatiga o la falta de sueño, pero también pueden estar relacionadas con la demencia o la depresión.
Este tipo de alucinaciones nocturnas varían en intensidad y contenido. Algunas personas pueden experimentar algunas imágenes y otras revivir incluso experiencias pasadas. Estos trastornos pueden causar mucha ansiedad en la persona, por lo que es importante buscar un tratamiento adecuado en la mayor brevedad posible para ayudar a combatir esos efectos negativos.
Causas de las alucinaciones
Para abordar el tratamiento de las alucinaciones en ancianos, es fundamental entender sus causas. Es importante señalar que no existe una causa única y concreta que origine las alucinaciones, sino que son muchos los factores distintos que pueden entrar en juego.
La demencia es una de las causas principales. Las personas mayores con demencia a menudo experimentan alucinaciones debido a los cambios en la estructura y funcionamiento del cerebro. Otra causa puede ser la intoxicación por alcohol, ya que el consumo excesivo y prolongado puede afectar el cerebro y provocar alucinaciones.
La pérdida de vista o audición también puede potenciar las alucinaciones. Cuando los sentidos se ven comprometidos, el cerebro puede intentar compensar la falta de estímulos visuales o auditivos creando imágenes o sonidos que no existen. Además, ciertos medicamentos y fármacos, como los antiparkinsonianos, antidepresivos y ansiolíticos, pueden tener efectos secundarios que incluyen alucinaciones.
Los problemas de salud, como las infecciones urinarias, también pueden desencadenar alucinaciones, especialmente en personas mayores. La falta de contacto humano es otro factor importante. La soledad y el aislamiento social pueden afectar negativamente la salud mental y contribuir a la aparición de alucinaciones.
El dolor crónico debido a alguna enfermedad es otra causa a considerar. Vivir con dolor constante puede afectar la mente y provocar alucinaciones. Finalmente, las situaciones de estrés, como peleas familiares o cambios de domicilio, pueden desencadenar o agravar las alucinaciones en los ancianos.
La importancia de la identificación de las alucinaciones
Es fundamental identificar las alucinaciones en personas mayores. Algunas señales de alucinaciones incluyen hablar con personas que no están presentes, responder a estímulos que otros no pueden percibir y expresar miedo o ansiedad debido a experiencias perceptivas inusuales.
Además de las alucinaciones visuales o auditivas, también pueden presentarse alucinaciones relacionadas con otros sentidos, como el tacto, el gusto o el olfato. Es importante prestar atención a cualquier cambio inusual en el comportamiento de la persona mayor que pueda indicar la presencia de alucinaciones.
Cómo tratar las alucinaciones en ancianos
Existen muchas opciones disponibles. La psicoterapia, los medicamentos (antipsicóticos o ansiolíticos) o la prescripción de un sedante pueden ayudar a conciliar el sueño y a reducir la gravedad o la frecuencia de las alucinaciones. Hacer pequeños cambios en el estilo de vida puede ser muy sanador para la mente, ya que mejoran la función cognitiva.
Es indispensable preguntar al médico siempre que se quiera introducir algún cambio para mejorar el estado de la persona mayor para que determine si es recomendable o no. Nunca podremos automedicar a la persona ni aumentar o disminuir la medicación prescrita a voluntad.
Consejos para cuidadores y familiares
Como cuidadores y familiares, es importante mantener la calma y la paciencia al interactuar con personas mayores que experimentan alucinaciones. Evitar discutir o razonar sobre las alucinaciones y en su lugar ofrecer apoyo emocional y tranquilidad.
Si las alucinaciones no son puntuales, los cuidadores deberán crear un entorno seguro y tranquilo, donde la persona mayor se sienta segura y cuidada. Estas pautas pueden ayudar:
Favorecer las relaciones sociales
Es muy importante que la persona mayor no pierda conciencia de su entorno y de las relaciones que tiene con otras personas, ya que estas le ayudan a ‘bajar los pensamientos a tierra’. Que hable con su cuidador o por teléfono con familiares o amigos y que no coman solos favorece el sentimiento de seguridad y tranquilidad para la persona.
Favorecer la orientación espacio-temporal y personal
Es fundamental que las personas mayores se sientan comprendidas y atendidas. Hay que explicarles bien cualquier cosa que no entiendan, dejando el mínimo espacio para la duda.
También es muy recomendable dejar a la vista relojes o calendarios para que puedan ver enseguida qué hora o día es y no se desubiquen. Todos estos gestos les proporcionan un sentimiento de control y estabilidad.
Una buena iluminación
Una luz adecuada a la hora del día y a la actividad que se realiza ayuda a evitar confusiones interpretaciones erróneas de lo que la persona mayor ve a su alrededor. Hay que tener en cuenta que la vista se va deteriorando progresivamente.
Una rutina
A la hora de saber como tratar alucinaciones en ancianos, las rutinas proporcionan estabilidad y una sensación de aceptación y comprensión a lo largo del día. Tener actividades monótonas, cotidianas y programadas les ayuda a concentrarse en el día y a ubicarse en el espacio y momento.
Estimulación constante
La estimulación mediante juegos, actividades,o incluso con la presencia de mascotas es una fuente de distracción. Hay que asegurarse de que no se cae en la sobre-estimulación.
Ambiente tranquilo y sosegado
Siempre, como cuidadores o familiares, debemos proporcionar un ambiente seguro y tranquilo a la persona mayor. Hay que estar atentos a la hora de, por ejemplo, cerrar la puerta para evitar que pueda salir y desorientarse, hablar tranquilos, etc.
Sabemos que las alucinaciones, además de horribles para la persona mayor que las está sufriendo, también pueden suponer frustración e incluso desesperación en las personas que se encargan de cuidar. En momentos de estrés, lo mejor es darle apoyo emocional e intentar distraerle con imágenes agradables o contando algún recuerdo.
Entorno seguro
Hay que asegurarse de que el entorno (familia y amigos) está concienciado sobre cómo actuar en caso de que la persona mayor sufra una alucinación. Si esta es muy molesta, hay que intentar desviar la atención de la persona hacia algo real y calmarla con cariño. Cualquier gesto o movimiento brusco están totalmente prohibidos, ya que los puede malinterpretar. Si la situación lo permite, es mejor llevar a la persona a otra habitación o estancia del sitio en el que se encuentren.
Si las alucinaciones son auditivas, es necesario asegurarse de que la persona mayor no padece ningún problema auditivo. En ese caso hay que hablar en un tono de voz que pueda escuchar claramente y repetir la información tantas veces como sea necesario. En caso de que sean visuales, es importante iluminar la casa para que no se produzcan falsas interpretaciones de sombras y contraluces.
Esperamos que estos consejos sobre cómo tratar alucinaciones en ancianos te sirvan si en algún momento un familiar o amigo mayor las sufre (o ya las está padeciendo). El apoyo y cariño de todas las personas alrededor del mayor ayudan en gran manera a sobrellevar mejor estos síntomas tan complejos.
Algunos consejos adicionales para cuidadores y familiares
- Es importante validar los sentimientos y experiencias de la persona mayor que experimenta alucinaciones, incluso si estas parecen irracionales o confusas. Mostrar empatía y comprensión puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés asociados con las alucinaciones.
- Practicar técnicas de relajación y respiración puede ayudar tanto a la persona mayor como al cuidador a gestionar el estrés y la tensión emocional durante episodios de alucinaciones. Esto puede incluir ejercicios de respiración profunda, meditación guiada o yoga suave.
- Explorar opciones de terapias complementarias, como la aromaterapia, la terapia de arte o la terapia de masaje, puede proporcionar un alivio adicional para la persona mayor que experimenta alucinaciones, ayudándola a relajarse y sentirse más cómoda en su entorno.
- Considerar la posibilidad de unirse a un grupo de apoyo para cuidadores de personas mayores que experimentan alucinaciones. Compartir experiencias, obtener consejos prácticos y sentirse apoyado por otros en situaciones similares puede ser reconfortante y fortalecedor.
- No subestimar el impacto emocional que pueden tener las alucinaciones en el cuidador. Es importante cuidar de su bienestar emocional y buscar apoyo cuando sea necesario. Esto puede incluir hablar con un amigo de confianza, buscar asesoramiento profesional o participar en actividades que ayuden a reducir el estrés y promover el autocuidado.
Durcal
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